Su música de iglesia es excepcional en el sentido de que escribió partes opcionales para tres violas, así como para los habituales dos violines y órgano; también, en sus misas (Augsburgo, 1727), subdivide las secciones más largas más de lo habitual en esa época, a pesar de que los movimientos individuales son muy cortos.

Publicó dos colecciones de vísperas (Augsburgo, 1728, 1741). Su música es típica de la música de iglesia sin pretensiones escrita por muchos compositores competentes en ese tiempo, y su estilo más interesante por sus variadas texturas corales y líneas de bajo que inusualmente tienen un propósito.